lunes, 12 de marzo de 2007

I. REDACCIÓN

El texto expositivo
La exposición

Exponer es ofrecer una información o explicación sobre algo con el objeto de que lo conozcan o aprendan otras personas.
En la exposición deberá predominar una actitud objetiva, no teñida por la subjetivi­dad del escritor.
La exposición propiamente dicha suele asociarse con la argumentación, mediante la cual el autor apoya sus puntos de vista o ideas con razones y argumentos. En este último caso es mejor hablar de texto expositivo-argumentativo.
He aquí un ejemplo de texto expositivo.
SAPOS, LA ÚLTIMA DROGA
Un sapo originario de Centroamérica y América del Sur se ha convertido en uno de los animales más perseguidos por los drogadictos y la policía antidroga estadounidense. Se trata de un batracio de carne y hueso, conocido vulgar­mente como sapo marino o de las cañas, y científicamente, como Bufo marinus. El animal, de unos 25 centímetros de longitud, para defenderse de los posibles depredadores, secreta un potente tóxico, la bufofenina. Esta sustancia tiene un alto poder alucinógeno, y está empezando a ser utilizada por algunos toxicómanos norteamericanos como sustituto de otras drogas tradicionales.
Hace dos años, en un prestigioso diario estadounidense se podía leer una noticia en la que se señalaba que los híppies australianos -cansados de consumir las drogas de siempre- hervían sapos de cañas, para luego beber el caldo mágico. Incluso, en algunas zonas, se han dado casos de jóvenes que lamían la joroba del animal, situada detrás del ojo, donde se aloja la glándula venenosa. Tan peligrosa práctica ya le ha costado la vida a más de uno.
La bufofenina, también presente en el hongo Amanita muscaria y en el árbol tropical Piptadenia peregrina, fue aislada por primera vez en 1934. Debido a su semejanza con el neurotransmisor cerebral serotonina, los psiquiatras empezaron a estudiar sus efectos en humanos, que recor­daban a los de la mescalina y el LSD. Esta sustancia -que también actúa como un potente constrictor de los vasos sanguíneos- era utilizada en forma de polvo, el cohoba, por los indios de Trinidad y del Orinoco.
En Australia, donde el sapo marino fue introducido para combatir a un tipo de escarabajo que dañaba la caña de azúcar, es una plaga, hasta el punto que algunos perros se han convertido en adictos de la bufofenina y buscan deses­perados un sapo al que lamer.
(Revista Muy interesante, núm. 114. Noviembre 1990)
Etapas de la exposición
La redacción de un texto expositivo ha de cubrir las siguientes etapas: invención o documentación, disposición y elocución.
1. INVENCIÓN O DOCUMENTACIÓN
Antes de comenzar a redactar un texto expositivo, el escritor deberá consultar libros, revistas, periódicos, enciclopedias y, en general, cualquier fuente que esté relacionada con el tema.
Una adecuada documentación ha de ser:
a) Lo más completa posible. Se deberán consultar varias fuentes para enriquecer la exposición con diferentes puntos de vista.
b) Lo más solvente y moderna posible. Los libros y artículos consultados deberán ser de los autores más entendidos en la materia y, al mismo tiempo, habrán de utilizar­se sus escritos más recientes y puestos al día.
c) Estrictamente referida al tema que se va a tratar. Hay que poner especial cuidado -ya desde la fase de la invención- en no apartarse del tema de nuestra exposición.
En esta etapa es muy conveniente recopilar y ordenar los datos suministrados por las fuentes de información mediante fichas.
2. DISPOSICIÓN
El siguiente paso consiste en organizar y ordenar convenientemente la informa­ción que se ha obtenido en la etapa anterior.
En primer lugar, se redactará el esquema o bosquejo de la exposición, en el que deberá quedar muy claro e) enunciado de la tesis que se va a exponer.
Posteriormente, se desarrollará la idea central siguiendo alguno o algunos de los procedimientos ya estudiados: mediante detalles, ejemplos, relaciones causa-efecto, etc.
Finalmente, se ordenarán las ideas cronológicamente, por orden de importancia o mediante otro tipo de ordenación exigida por el tema.
3. ELOCUCIÓN
La elocución es la expresión lingüística definitiva de la exposición. Se suele ordenar en tres partes: introducción, cuerpo y conclusión.
En la siguiente exposición se han señalado dichas partes:
MUJERES EN REBELDÍA
Introducción
Tesis
Un día, las mujeres en Bachher, un pueblo al pie del Himalaya, en el Estado indio de Uttar Pradesh, perdieron la paciencia. Fueron a la capital del distrito, Chamoli, y se que­jaron amargamente de sus esposos ante las autoridades. Sus maridos estaban vendiendo los últimos árboles del bosque del pueblo para gastarse su dinero en alcohol. Al final de esta disputa, los hombres cedieron, y las mujeres quedaron encargadas del cuidado y aprovechamiento orde­nado del bosque. Esto fue un logro real para las mujeres: al fin y al cabo, ellas son las que deben recoger leña y alimen­to para el ganado. Ahora, las mujeres lo han organizado de forma que hay suficiente leña y hierba para todos en las cercanías del pueblo sin destruir el bosque.
Cuerpo
Con ello hacen más fácil su trabajo y ayudan al mismo tiempo a evitar el peligro de corrimientos de tierra en las empinadas laderas. La mejora en la producción de alimen­tos para el ganado -cada familia puede cortar cada día tanto como pueda cargar una persona- ha posibilitado incluso a las mujeres la adquisición de vacas de raza jersey, que proporcionan una cantidad de leche significativamente mayor. Con la venta de la leche, las mujeres pueden obte­ner una importante cantidad de dinero. Por primera vez disponen de dinero propio; hasta ahora, e! dinero en efectivo había sido siempre privilegio de los hombres, mientras que las mujeres tenían que ocuparse del autoabastecimiento de alimentos. Pero, sobre todo, el éxito ha reforzado la con­fianza en sí mismas de las mujeres. "Somos analfabetas", dicen, "y a pesar de todo hemos conseguido algunas cosas. ¡Qué no podríamos lograr si supiéramos leer y escribir!".
Conclusión
Es un pequeño éxito en la atrasada zona montañosa al pie del Himalaya, con un único fallo: se trata de una rara excepción. La realidad en la India -y no sólo en la India- es que la mujer tiene poco que decir fuera de su casa; que tiene pocas posibilidades de vivir su propia vida y -como las mujeres de Bachher- decidir su propio destino; que tiene menos acceso al sistema educativo; que, sencillamen­te, vale menos que el hombre. En la India este hecho se manifiesta de forma impresionante en las estadísticas de población.
(andreas benziger, Diario El País, 14-X-93)

3.1. LA INTRODUCCIÓN
La introducción ha de contener, de la forma más clara posible, la tesis que se pretende exponer, y ha de suscitar el interés del lector.
Hay cuatro formas principales para hacer más atractiva la introducción:
1. Empezando con una pequeña historia o anécdota.
Acababa de cumplir los once meses su hijita Deborah cuando Burrhus Frederic Skinner la proyectó en primer plano del interés público. La prensa norteamericana hablaba con indignación de la "criatura encajonada" ("the baby in the box"), metida en una especie de incubadora, cerrada por todos los lados, dotada de vidrios y totalmen­te climatizada. Se habían graduado de tal modo la tempe­ratura y humedad del aire que la pequeña Deborah no necesitó, aparte de los pañales, de ropas de vestir ni de cura de ninguna clase. Había filtros encargados de limpiar el aire de bacterias y partículas de polvo y el suelo se mantenía aseado a base de un paño sin fin que corría len­tamente.
Skinner había pensado que uno de los problemas prácti­cos más importantes que plantea el cuidado del bebé estriba simplemente en tener siempre caliente a este ser huma­no tan pequeño y sensible.
(klaus thews, Etología)
2. Comentando con una afirmación sorprendente (un hecho o una opinión).
Un hombre sin columna vertebral es como una tienda de lona sin su mástil. El eje de nuestro cuerpo, denominado también columna vertebral, cumple realmente las mismas misiones que el mástil de una tienda. Al igual que ésta, se mantiene armado el cuerpo por obra de numerosos tenso­res. Si el mástil falla, la tienda se viene abajo.
(markus plessner, El hombre, su cuerpo y su espíritu)
3. Planteando una pregunta.
¿Podría usted explicar, ahora mismo, en qué consiste la diferencia entre un porro y un canuto? Hablamos por supuesto, de lo que se imagina, de las modernas acepcio­nes de estas dos palabras tan de nuestra época. ¿Duda? ¿Supone que más bien tal diferencia es inexistente? Acuda al diccionario. Pero no acuda al diccionario de ayer, el que editó Espasa-CaIpe en 1984 en dos tomos. Porque si lo hace seguirá sin saber lo que desea. Abra más bien, por la letra correspondiente, la vigésimo primera edición de la misma editorial, puesta a la venta esta semana en un solo tomo de 1.517 páginas, la que se llamará, inevitablemente, edición del V Centenario.
(enriqueta antolín, BabeHa, 12-XII-92)
4. Empegando con uno o varios ejemplos.
Cuando el joven Pablo Urrieta trabaja en su colección de sellos, sus labios se hinchan de forma alarmante. Margarita Prat a menudo sufre fuertes ataques de asma cuando visita a su tío el farmacéutico. Antonio Pérez, entusiasta del alpi­nismo, padece erupción cutánea en las piernas cada vez que se dispone a iniciar una escalada. Julia García, al llegar la primavera, tiene continuos estornudos y fuerte picor de ojos.
Los mencionados casos son sólo cuatro de los tres millones de españoles víctimas de esa misteriosa enferme dad llamada alergia. En cada caso, la sustancia productora del mal resultó ser inocua en sí, pero para ellos nociva.
(Selecciones, julio 1972)
3.2. EL CUERPO DE LA EXPOSICIÓN
El cuerpo es la parte de la exposición que desarrolla la tesis o cuestión planteada en la introducción.
Para su redacción se han de tener en cuenta las siguientes reglas:
1. Cada aspecto del tema se desarrollará en un párrafo diferente.
2. Se deben evitar los párrafos demasiado extensos o demasiado cortos.
3. Es preciso ordenar las ideas para lograr la coherencia debida.
4. Es necesario valerse de las referencias directas y de los conectores lógicos entre las oraciones y distintos párrafos.
La ordenación del cuerpo de la exposición dependerá en gran parte del tema elegido. Así, en exposiciones que expresen opiniones o ideas es más apropiado usar la ordenación por orden de importancia: de la idea más importante a la menos importante, o viceversa. En exposiciones que expliquen un proceso, el mejor méto­do es el cronológico o, en su caso, el espacial.
3.3 LA CONCLUSIÓN
La conclusión resume o enfatiza los principales puntos tratados en la exposición. Otras veces, puede predecir o pronosticar los cambios que pueden ocurrir en el futuro, relativos al tema expuesto.
Redacción de un texto expositivo
Para redactar un texto expositivo han de seguirse los siguientes pasos:
PASOS PARA LA REDACCIÓN DE UN TEXTO EXPOSITIVO
1. Elija un tema que conozca bien. Si no se conoce con profundidad un tema, difícilmente se podrá explicar a los demás.
2. Limite el contenido del tema a aspectos que se puedan desarrollar en una pequeña composición. Siempre será mejor desarrollar minuciosamente un tema espe­cífico que tratar superficialmente un tema general.
3. Busque la mayor información posible acerca del tema.
4. Apoye sus ideas con datos, detalles, ejemplos, descripciones o experiencias personales, de acuerdo con el terna tratado.
5. Tenga presente cuál es el nivel cultural de los destinatarios de la exposición y deter­mine qué términos técnicos o inusuales han de ser definidos o explicados a lo largo de la exposición.
6. Organice lógicamente la exposición. Escriba el bosquejo.
7. Redacte una introducción que suscite el interés del lector y que contenga claramente la tesis que posteriormente va a desarrollar.
8. En el cuerpo de la exposición escriba un párrafo diferente para cada subtema. Apoye sus ideas con las técnicas apropiadas y ordénelas mediante el procedimiento más adecuado.
9. Use las referencias directas y los conectares lógicos apropiados para lograr la coheren­cia debida entre oraciones y párrafos.
10. Considere si el tono y el lenguaje son los apropiados para los destinatarios.
11 .Intente que la exposición contenga una conclusión que sintetice o enfático los puntos desarrollados en la misma o que anticipe futuras experiencias.
12. Compruebe si ha incluido la suficiente información, de acuerdo con la finalidad y destinatarios.
13. Corrija los errores ortográficos, gramaticales o léxicos que haya podido cometer.
La corrección del texto expositivo
Una vez evaluado y revisado el borrador, es necesario proceder a su corrección, ya que los errores ortográficos, gramaticales y léxicos pueden confundir o irritar a los futuros lectores.
Elección del título
El título ha de reflejar, en pocas palabras, el tema y la finalidad del escrito, atraer la atención del lector y sugerir el contenido de la exposición.
Algunos escritores se sirven de un título provisional a partir del cual planifican su composición y redactan el esquema. Posteriormente, a lo largo del proceso de la escritura, este título puede ser reconsiderado e incluso cambiado, hasta que se convierte en el título definitivo.
La versión definitiva
Después de haber sido evaluado, revisado y corregido el borrador, ya debe estar preparado para el paso final: la versión definitiva de su exposición. Esta deberá ser clara, legible y agradable a la vista. Para ello, respete los márgenes del escrito y san­gre adecuadamente los párrafos. Después lea su exposición en voz alta o désela a leer a un compañero o compañera para que le dé su opinión, ya que ha podido omitir algunas palabras o incurrir en algunos errores al pasar el borrador "a limpio".
Actividades
1. A continuación figuran diversos textos. Señale cuáles son expositivos.
a) ___________________________
Hace pocas semanas surgió la noticia: una simple bacteria, un estreptococo del grupo A, presente en el organismo del diez por ciento de las personas, que causa habitualmen­te inflamación y dolor de garganta, puede provocar una infección que devora los tejidos y produce la muerte en un solo día.
En el condado británico de Gloucester se dieron varios casos en poco tiempo. Algunos resultaron fatales, pero otros enfermos salvaron su vida tras sufrir la amputación de la parte de la piel afectada. La infección se muestra resistente a los antibióticos y es capaz de destruir tres centí­metros de tejido en una hora. Los primeros síntomas son enrojecimiento e inflamación de la piel y, a partir de ese momento, avanza la necrosis. Muchos de los enfermos tenían el sistema inmunitario bastante debilitado. (...)
Autor: Juan Luis Onieva Morales
Texto:Curso de Redacción Superior

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